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Cómo limpiar tus joyas de oro blanco

Limpiar esas joyas de oro blanco que ya no conservan su brillo ni color habitual es muy fácil y sencillo. El oro blanco se compone de oro amarillo convencional, mezclado con otros materiales como el níquel, y están rematadas por una capa de rodio, el cual es importante conservar y no dañar en estas limpiezas ocasionales. Descubre cómo puedes hacerlo de una forma rápida y muy eficaz.

Con jabón lavavajillas

Simplemente llena un recipiente con jabón lavavajillas que contenga quitagrasas y agua. Una cucharada de este producto en agua tibia será suficiente, mezcla bien para crear espuma y sumerge tus joyas en esta mezcla. Transcurrida media hora retíralas y sécalas. Verás la diferencia.

Mezcla de bicarbonato de sodio y agua 

Utiliza esta fórmula para crear una pasta que podrás aplicar en aquellos objetos con recovecos difíciles de limpiar. Con un cepillo de dientes podrás esparcirla frotando en las zonas más difíciles pero sin dañar las piezas. Podrás insistir durante cinco o diez minutos, después bastará con que aclares con agua tibia y seques con un paño suave. El resultado te sorprenderá.

Pasta de dientes

Es uno de los productos que mejor limpian este tipo de metal precioso. Lo haremos de la misma manera que con la mezcla anterior, aplicando la pasta dentífrica con un cepillo de dientes y frotando durante unos minutos. Por último aclararemos y secaremos con un paño.

Consejos para que tus joyas se mantengan en perfecto estado

Además de saber cómo limpiar tus piezas, también debes prevenir que el oro blanco se ponga amarillento y la aparición de manchas y cambios de color. Para ello:

  1. Guárdalas separadas de joyas que sean de plata, la cual suele hacer que se oscurezcan.
  2. Evita llevarlas puestas cuando hagas limpieza con productos que puedan ser abrasivos.
  3. Ten cuidado con el cloro de la piscina o la sal del mar, trata de quitártelas cuando vayas a bañarte.